viernes, 6 de enero de 2012

Elecciones generales en España

Artículo publicado en el nº correspondiente a diciembre de la revista Junio7:

México y España. Trabajar coordinada y cercanamente

Cuando estas líneas se escriben, han transcurrido escasas diez horas desde que se hicieran públicos los resultados de las Elecciones Generales de España. Como el lector de Junio 7 sabrá, los comicios han sido ganados de manera rotunda, casi aplastante, por el Partido Popular, con el gallego Mariano Rajoy a la cabeza. Su principal opositor, el PSOE que durante la campaña ha escondido a quien ha presidido España desde 2004 hasta la actualidad, ha obtenido su peor resultado desde que a principios de la década de los 80 se convirtiera en el protagonista de la construcción de un modelo, el del Estado de las Autonomías que, unido a la acrítica fascinación por la Unión Europea, se ha mostrado nefasto para España.
Como decíamos, Alfredo Pérez Rubalcaba, el candidato socialdemócrata, tratando de desmarcarse de la catastrófica gestión de Zapatero, en la que él ha tenido tanta influencia, prefirió sacar a escena a un político de gran predicamento en algunos ambientes mexicanos: Felipe González, que, en palabras del filósofo mexicano Ismael Carvallo Robledo, constituye la punta de lanza de los que, apuntando un aura profética, da en llamar transitólogos.
Tal desmarque, sin embargo, no ha impedido que se haya consumado uno de los efectos más perversos de la gestión zapateril. Así es, frente a las dos potencias políticas aludidas, Partido Popular y PSOE, el parlamento se haya llenado de curules en los que se sientan los diversos frentes hispanófobos y separatistas a los que Zapatero, con la banda terrorista ETA a la cabeza, ha fortalecido debido a un proceder que emana de su fundamentalismo democrático y de su percepción de España como concepto “discutido y discutible”, por emplear sus propias palabras.
Sea como fuere, con el país bordeando la bancarrota, a Rajoy le queda una labor titánica para hacer reflotar a la nación, y muchas son las dudas que razonablemente asaltan a aquel que, como quien esto escribe, piensan que el problema no es simplemente mercantil, sino estructural. La organización territorial que con tanta fe como réditos económicos exportan algunos politólogos españoles a determinadas naciones hispanas, supone un grave obstáculo para llevar a cabo tal reanimación.
Pero si estas son cuestiones que a un lector le puedan parecer ajenas, la realidad de las relaciones entre España y México, y en general toda Hispanoamérica –relaciones en muchos casos no de dependencia sino de codeterminación-, es insoslayable. Ya Felipe Calderón, atendiendo a las elementales normas de cortesía, habló vía telefónica con el electo mandatario la misma noche de las Elecciones para, según filtró por twitter, desearle suerte y acordar “trabajar coordinada y cercanamente”, sino porque el aludido influjo europeo, en el que ya recayó Rajoy en su primera manifestación pública, acabará por desvanecerse cuando se demuestre, de una manera más explícita todavía, que tal proyecto esconde la verdadera lucha entre los intereses de un conjunto de naciones a cuya cabeza se sitúan Francia y Alemania.
Quizá sea entonces cuando, girando nuestra mirada, descubramos que un océano, al igual que los 20 años de los que habla el tango, no es nada.

Iván Vélez

No hay comentarios: