lunes, 25 de noviembre de 2019

En respuesta a AMLO: la conquista de México, un gradual proceso de mestizaje

Artículo publicado el 26 de marzo de 2019 en El Mundo:
https://www.elmundo.es/espana/2019/03/26/5c9a584ffdddff7bb58b4674.html

En respuesta a AMLO: la conquista de México, un gradual proceso de mestizaje


«¡Viva nuestra madre santísima de Guadalupe!, ¡viva Fernando VII y muera el mal gobierno!»
Estas fueron las palabras que dieron forma al Grito de Dolores lanzado al aire en la mañana del 16 de septiembre de 1810 el sacerdote novohispano Miguel Hidalgo y Costilla. Aquella declaración, de evidente raigambre escolástica, es la que se considera la chispa de un proceso que dio lugar, no sin dificultades, a la cristalización de una nueva nación política que hoy lleva el nombre de Estados Unidos Mexicanos.
Más de dos siglos después, Andrés Manuel López Obrador, presidente electo de México, puesto al que accedió gracias al partido Movimiento Regeneración Nacional, cuyo acrónimo, MORENA, juega con el apelativo con el que es conocida la Virgen de Guadalupe, presente en el Tepeyac y en cualquier rincón de la nación hispanohablante más poderosa, ha anunciado que hace tiempo envió sendas cartas al Rey de España y al Papa para que: «se haga un relato de agravios y que se pida perdón a los pueblos originarios por las violaciones a lo que ahora se conocen como derechos humanos; hubo matanzas, imposiciones... la llamada conquista se hizo con la espada y con la cruz».
La polémica, como es lógico, ha estallado a ambos lados del Océano que separó o, por mejor decir, unió durante siglos a España y a la Nueva España que sucedió a la conquista encabezada por Hernán Cortés, cuya astucia le permitió percibir las fisuras que se abrían en el aparentemente omnímodo poder de Moctezuma, circunstancia que aprovechó para tejer una serie de alianzas con aquellos pueblos sometidos al poder de mexica, que vieron en la llegada de los barbudos la ocasión propicia para sacudirse un yugo que exigía, entre otros, un tributo de sangre humana. Dos años después de la llegada de Cortés y sus compañeros, cayó Tenochtitlan. Sin embargo, la conquista no dio paso a una sustitución radical de una sociedad por otra, sino a un gradual proceso de mestizaje. El componente hispano era absolutamente minoritario, razón por la cual muchos de los linajes prehispánicos mantuvieron su poder. Puede AMLO comprobar esta afirmación acudiendo a la obra de su compatriota Bernardo García Ramírez, profesor del Centro de Estudios Históricos del  Colegio de México y miembro de la Academia Mexicana de la Historia.
Habla también AMLO de las violaciones de «los que ahora se conocen como derechos humanos», acaso sin saber que la prefiguración de tales derechos, cuya Declaración se hizo en 1948 como reacción a las atrocidades de la II Guerra Mundial, la hicieron españoles que vivieron a la sombra de la cruz y que contaron con la protección de la espada. Destacados teólogos que debatieron en la Controversia de Valladolid, impulsada por la misma Corona que mandó cesar temporalmente la conquista, tras la cual se reforzó una protección, la de los naturales, ya presente en el testamento de Isabel la Católica.
La vía epistolar de López Obrador da continuidad a los bucles indigenistas con los que se envolvió en el Zócalo de la Ciudad de México, lugar en el que protagonizó una ceremonia que, aparentemente, podía resultar una simple maniobra con objetivos electorales o populares. Sin embargo, el paso de la escena a la palabra escrita, implantada en el Nuevo Mundo por aquellos españoles rodeados de cartas de relación y probanzas de méritos, da cuenta de hasta qué punto AMLO está contaminado por una leyenda negra tan nociva para los españoles como para los mexicanos. Una leyenda que, en lo referente a la conquista española de un México que en absoluto puede identificarse con la nación política gobernada por el tabasqueño, se fraguó durante el siglo XIX, pero que no se sostiene dos siglos más tarde.
Quiéralo o no AMLO, el México actual, en el cual sobreviven comunidades indígenas a menudo marginadas por su dosis de melanina, se construyó sobre las estructuras –políticas, económicas, jurídicas, urbanísticas, religiosas- del Virreinato de la Nueva España. Fueron esas instituciones, de origen peninsular, las que permitieron que en aquellas tierras, que incluían las islas Filipinas desde las que partía el Galeón de Manila, se constituyera una sociedad que asombró, por grado de desarrollo, a Humboldt. El México que se cimentó sobre el virreinato, y que en modo alguno fue restauración de la realidad precortesiana, constituye hoy el centro de gravedad de la Hispanidad, realidad nada baladí que un gobernante de la talla de AMLO debiera valorar para sacudirse el sahumerio negrolegendario que nubla su discurso.

No hay comentarios: