domingo, 3 de febrero de 2008

Getafe ciudad de ángeles

Los tres soplos en las puertas del ángel

Un recóndito aliento derriba las puertas del ángel, un vendaval impar entreabre la incógnita de la penumbra. Un viento profundo que deshace los bronquios arborescentes, que hiela los pulmones y azota las siluetas que, sonámbulas, se asoman a su interior. Insomnes figuras en búsqueda de rostro, aferradas al paralelismo definitivo de los andenes que conducen al porvenir.



Ángel caído

El lejano tañido de las campanas anunció la imparable caída del ángel zurdo. El bronce se retuerce y calla, sostiene el vacío, recorta las formas que el aire afila mientras las gárgolas sobrevuelan el cielo artificial antes de ensayar su última mueca. Un ala acaricia el horizonte: la Victoria de Samotracia, siempre mutilada, casi transparente, se duele en el óxido.

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