viernes, 17 de diciembre de 2021

El asedio del parador de Ceuta

 La Gaceta de la Iberosfera, 29 de mayo de 2021:

https://gaceta.es/opinion/el-asedio-del-parador-de-ceuta-20210529-0700/

El asedio del parador de Ceuta

            El pasado 24 de mayo estaba prevista la celebración de un mitin protagonizado por Santiago Abascal en la ciudad de Ceuta. A las 20 horas, el acto, que debía celebrarse en la Plaza de los Reyes, se desplazó a la Plaza de Nuestra Señora de África, vacío urbano flanqueado por la catedral ceutí, la iglesia del mismo nombre y el Parador de Ceuta, edificio construido hace medio siglo sobre las murallas -de hecho, antes de ser parador, fue el Gran Hotel La Muralla- del antiguo Parque de Artillería que hace las delicias de los amantes de la arquitectura del turismo desarrollista que tan honda impronta dejó en cierto cine de la época. Para completar la escena, es obligado señalar que en el centro de la plaza se alza un monolito neogótico en recuerdo a los soldados españoles caídos en la Guerra de África de 1859-1860, inaugurado el 4 de mayo de 1895, en cuya base se conservan bajorrelieves de bronce alusivos al general Prim y sus voluntarios catalanes.

            Como antecedente inmediato de esta jornada, ha de señalarse Abascal se había desplazado a Ceuta la semana anterior, en medio de la invasión orquestada por el régimen marroquí como represalia al acogimiento, por parte del Gobierno español, del líder del Frente Polisario, Brahim Gali. El enorme éxito cosechado por el presidente de VOX, contrastó con desprecio e incluso los graves insultos que recibió Pedro Sánchez durante su visita a la ciudad. Era, pues, previsible, que toda la maquinaria manejada por quienes gobiernan la ciudad, es decir, el PSOE y el PP, se pusiera en funcionamiento para evitar la repetición de semejantes imágenes. El primer paso se dio en los tribunales, donde se interpusieron todas las trabas posibles para evitar la celebración del acto. El segundo pude presenciarlo en primera fila.

            A eso de las seis de la tarde, con todo el colectivo de VOX desplazado a la ciudad, es decir, con representantes de Andalucía, Canarias, Melilla y la propia Ceuta, además de Abascal y sus acompañantes, alojados en el parador, dio comienzo a una concentración en la plaza, fuertemente vigilada por efectivos policiales y antidisturbios. Según avanzaba la tarde, el número de asistentes fue en aumento, al tiempo que comenzaban a aparecer algunas banderas nacionales recién estrenadas, dada su pulcritud. Banderas a las cuales se unió posteriormente la de Palestina, cuyos colores se pueden ver en algunas tapias del barrio del Príncipe, lugar desde el que se jaleó, la semana anterior, a quienes entraban en España en avalancha. Un tenue cordón policial, siempre en retroceso, apenas contenía a una turba que llegó a superar el medio millar de personas y que comenzó a proferir una serie de gritos. Dos de ellos me llamaron la atención particularmente.

            El primero fue el de «¡Pedro Sánchez, presidente!», tras el cual se oculta algo más que el antagonismo entre dos rivales políticos. El grito no sólo recuerda a quien lo escuche, particularmente a Abascal, la victoria política de Sánchez, sino también la reivindicación de la tan cacareada España plural, antesala de su disolución nacional en favor de una estructura confederal, cuando no en la renuncia a parte del territorio nacional en favor de otras potencias, basada en telúricas y metafísicas identidades. El segundo de ellos fue el célebre Allahu Akbar, esto es, «Alá es grande», que los oídos más pánfilos interpretan ingenuamente como un simple canto al poder del dios del Corán, pero que los más afinados entienden como una amenaza en toda regla, toda vez que la fe mahomética divide a los hombres entre sometidos y cafres.

            Según caía la tarde, el gentío, del cual formaban parte, en distinto grado de agresividad, elementos vinculados al narcotráfico, alguno de ellos con crímenes a sus espaldas, personal ebrio de, entre otras sustancias, multiculturalismo e, incluso, algún que otro afecto al PP y, naturalmente, al PSOE y a otras formaciones políticas más promarroquíes, fue creciendo y cercando el parador, a cuyo vestíbulo llegaban el rumor exterior y algún impacto de guijarros. Confiado en la disolución de la concentración, el máximo mando policial, no frenó el avance de la masa voxfóbica, que llegó a plantarse en las mismas puertas del hotel, hasta el punto de estar a punto de entrar en él por la puerta de aparcamiento, en el que fue el momento de máxima tensión, finalizado por una serie de detonaciones disuasorias.

            Quedaba, no obstante, un tercer acto, el protagonizado por los representantes de PP, PSOE, MDyC y Caballas en la Asamblea de Ceuta, que firmaron una declaración institucional para arrojar sobre VOX la responsabilidad de lo ocurrido durante la mentada tarde, empleando el habitual argumento de las bondades de una convivencia cada día más desmentida por la realidad.


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