El
Catoblepas • número 139 • septiembre 2013 • página 9
El
oculto profesor Tierno
Iván
Vélez
Algunas
notas para la trayectoria vital de Enrique Tierno Galván (Madrid 1918-Madrid
1986)
En 1982, Enrique Tierno Galván
(1918-1986) publicaba una autobiografía titulada Cabos sueltos (Bruguera). A
través de 700 páginas de menuda letra, el llamadoViejo Profesor, apodo que Raúl
Morodo adjudicó a un hombre de 36 años, Tierno relata lo ocurrido hasta sus 64
años de edad. Se trata, pues, de un momento en el cual el profesor madrileño
ostentaba la vara de mando del Ayuntamiento de Madrid gracias a una coalición
con el PCE que impidió a la UCD, fuerza más votada, acceder a la alcaldía de la
Villa y Corte. Tan sólo un año después, Tierno logrará la mayoría absoluta
sobre un electorado «colocado» y «al loro», que se entregó a este político
socialdemócrata en plena efervescencia de la «movida».
Cabos sueltos sirve para
confeccionar el retrato, mejor dicho, el autorretrato de un hombre que se nos
presenta como un cauteloso y algo despistado elemento clave en la Transición
que sirvió para pasar del franquismo a la democracia coronada de 1978. Sin
embargo, en dicho retrato se observan algunas zonas sombrías, capítulos por los
que el profesor pasa con natural ligereza. Sobre alguno de estos episodios ya
arrojó luz hace años César Alonso de los Ríos en su obra La verdad sobre Tierno
Galván (Anaya & Mario Muchnik, 1997), en la cual el periodista ofrece suculentos
datos que trataremos de completar en el presente trabajo consagrado a aclarar
ciertos perfiles de don Enrique que permanecen ocultos.
Por poner un ejemplo, a lo largo
de la lectura de Cabos sueltos sorprende la constante alusión del profesor a su
origen soriano y campesino, máxime sabiendo que era madrileño y estaba
entroncado en una familia ligada al mundo castrense, pues tanto su padre, el
sargento Alfredo Tierno, combatiente en Cuba, como su abuelo, el capitán Julián
Tierno Gómez, muerto por paludismo en la misma isla en 1896{1}, nada tuvieron
que ver con las hoces. Para completar tan marcial encuadre, añadiremos las
figuras militares de su tío Alberto, que terminaría siendo guardia civil y la
de su propio hermano Alberto.
Sea como fuere, la recurrente sorianidad
exhibida por el profesor, adquirirá por momentos ecos frenológicos análogos a
los que suenan en la descripción de algunos personajes catalanes como Pujol o
Cañellas, a quienes describe de este modo:
«Pertenece a una clase de
catalanes de los que conozco cada día más: enormes de torso, de cabeza también
grande, pero cortos de miembros, que constituyen una de las partes en que, con
criterio popular, se podría calificar de etnia catalana. Este modelo catalán,
al que también se aproxima Pujol, es en extremo pragmático y sumamente calmoso,
frente al catalán de miembros largos, alto, nervioso y muy activo, que ha dado
otra imagen de la representación exterior de la antropología catalana.»{2}
Sobre el relato que hace de la
participación en la Guerra Civil, integrado en la madrileña Oficina de
Reclutamiento, también cabe sospechar que la nómina de ilustres personalidades
con las que cuenta haber tratado –El Campesino, Besteiro, Azaña, Durruti,
Negrín, Dos Passos, Hemingway– pudiera haberse visto enriquecida de un modo
creativo.
Su brillante vida estudiantil
culminará con la lectura de su tesis doctoral de Derecho en 1942, bajo la
dirección del tradicionalista Francisco Elías de Tejada{3}, a quien va
dedicada. Posteriormente, Santiago Montero Díaz{4} le animará a hacer Filosofía
y Letras en la Facultad de Murcia, de la que era decano tras olvidarse del
comunismo y abrazar el nacional-sindicalismo después de su paso por Alemania en
1933, beca mediante. En 1944, Tierno gana la plaza de jefe de negociado del Ministerio
de Educación Nacional.
Asentado laboralmente en calidad
de catedrático, sus primeros contactos con el mundo político los tuvo con
democristianos, monárquicos y europeístas. En estos elitistas ambientes se
moverá el profesor, quien comenzará a hacerse visible al participar en la cena
celebrada el 26 de enero de 1959 en el hotel Menfis, junto a Joaquín
Satrústegui y Jaime Miralles. El banquete, puesta de largo de la anticomunista
Unión Española de la que Tierno fue uno de sus fundadores, era a su vez una
reivindicación del impaciente y veleidoso príncipe don Juan, apodado, en
algunos ambientes madrileños de finales de los 40 como Don Juan II, izquierda.
Tierno defendió la monarquía como «salida» dentro de un acto que se saldó con
algunas multas{5}.
Poco después, el Viejo Profesor
entrará en contacto con otros ambientes de los que apenas se tienen noticias.
El propio Alonso de los Ríos{6} da alguna pista al señalar que Arthur Whitaker,
profesor de Historia Latinoamericana de la Universidad de Pennsylvania, envía
un informe al Consejo de Relaciones Exteriores de los Estados Unidos, en el que
se da cuenta del «funcionalismo» de Tierno, término pretendidamente
desideologizado que encubría las ansias europeístas del profesor madrileño{7}.
Whitaker señalará el anticomunismo que une a Franco, la Unión Española de
Tierno y el grupo de Dionisio Ridruejo con el que ya estaban establecidas
relaciones. Los Estados Unidos del Norte de América, interesados en despejar
cualquier posibilidad de implantación del comunismo en España, trabajarán en el
frente oficial –el año de la cena del Menfis, Eisenhower visita una España en
la que tienen instaladas varias bases militares– y tratarán de controlar y
encauzar la tibia oposición al mismo. Veamos:
En plena Guerra Fría, especialmente
tras la celebración del llamadoContubernio de Múnich, al que Tierno no fue
invitado, los agentes de la CIA que operan bajo el paraguas del Congreso por la
Libertad de la Cultura{8}, ponen sus ojos, entre otros, en Tierno. El citado
Congreso ya había sondeado el panorama español a través de figuras como
Salvador de Madariaga, e incluso había enviado a España, en 1959, a uno de sus
cabecillas para las cosas de España y Portugal: el poeta Pierre Emmanuel. Tras
una visita a París de un grupo de opositores a Franco, el bardo francés es
homenajeado durante una cena celebrada el 20 de octubre en el restaurante
Zarauz. Pedro Laín, Julián Marías, Aranguren, Ridruejo, José Ortega Spottorno,
Maravall y Buero Vallejo, son algunos de los comensales invitados.
Pero, volvamos a Tierno y a estos
cabos sueltos que han quedado fuera de su autobiografía. En carta dirigida por
Pierre Emmanuel a su hombre en España, Pablo Martí Zaro, fechada el 27 de
Noviembre de 1962, se sopesa la oportunidad de incorporar a un catedrático del
que no se perciben completas garantías:
Paris, le 27 Novembre 1962
Monsieur Marti Zaro
Avenida de America 13
Madrid 2Espagne
Cher Marti Zaro,
Je crois qui'l vaut mieux
différer quelque temps avant demander à Tierno de faire partie du Comité. N'en
parlez donc pas encore à nos amis: M. Jelenski, qui viendra dans quelque temps
s'en entretiendra avec vous. Cependant, veuillez demander à Lain d'ecrire à
Manent por lui offrir de le coopter. Si l'on fait quelques reflexions sur la
candidatura de Tierno, avancée au cours du dernier Comité, veuillez dire
simplement que les réactions à cette candidatura, telles que nous les aviones
constatées semblent impliquer qu'il vaut mieux la laisser en suspens pour le
moment.
Je souhaite que tour sa passe
bien pour vous, et je vous prie de croire en mes sentiments bien cordiaux.
Pierre Emmanuel
Una semana más tarde, Martí Zaro
comenta a Emmanuel un fortuito encuentro callejero con Morodo, y el interés
mostrado por este en que Tierno sea admitido en el Comité Español del Congreso
por la Libertad de la Cultura, deslizando la amenaza de que el grupo encabezado
por el profesor articule una organización propia:
Madrid, 4 de Diciembre de 1.962
Sr. D. Pierre Emmanuel
61, rue de Varenne
París VII
Mi querido amigo:
Con posterioridad a mi carta del
día 1, que supongo es su poder, ha sido preciso modificar en parte el proyecto
de reunión para el 10 del corriente. La causa es que el Sr. Castellet nos ha
hecho saber, en nombre de los vocales que residen en Barcelona, que a todos
ellos les resultó prácticamente imposible venir a Madrid en la fecha señalada,
y que desean que la sesión quede aplazada hasta principios de enero. Como ese
aplazamiento hubiera significado un sensible retraso en el despacho de los
asuntos pendientes, se ha decidido reunir el día 10 a los miembros del Comité
que viven en Madrid, para tratar exclusivamente de cuatro temas: Cuadernos
Españolas, coloquio sobre Realismo Moderno, intercambio de conferenciantes y
preparación de nuevos coloquios. Las restantes cuestiones serán tratadas, por
lo tanto, en la sesión plenaria que se celebrará, con asistencia de los vocales
de Barcelona, en el mes de enero y en la fecha que se acuerde el día 10.
Naturalmente, los Sres. Castellet, Gomis, Manent serán informados sin tardanza
–igual que Vd. de los que se haya acordado en la reunión del lunes próximo. Si
esta modificación les plantease a Vds. algún problema, le ruego que me lo diga
inmediatamente para que estudiemos la manera de salvar la dificultad.
Ayer me encontré en la calle a
Raúl Morodo, el amigo y discípulo del Sr. Tierno. Me pidió en seguida que le
dijera si el Congreso pensaba, o no, incluir al Profesor en el Comité de
Madrid. Le respondí que siempre se había tenido la intención de contar con él,
y que el asunto quedará definitivamente resuelto en enero, cuando venga el Sr.
Jelenski. Morodo puntualizó entonces que la cuestión reviste para ellos la
mayor importancia, ya que en el caso de que el Sr. Tierno Galván no se
incorpore al Comité, su grupo se verá en la necesidad de formar una “estructura
propia” al margen de nuestras actividades. Y añadió que, como el Profesor ha de
marcharse a Puerto Rico a primero de año –cosa que, creo, sabe Vd. ya–, la
solución podría consistir en que Fernando Morán sustituyera y representase al
Sr. Tierno en el Comité mientras dura la ausencia del Profesor. Como es lógico,
yo no le anticipé ninguna respuesta sobre el particular. Me limité a
contestarle que la fórmula no me parecía mal y a repetirle que el asunto se
resolvería en enero. Las manifestaciones de Morodo no tienen, claro está, el
mismo carácter “oficial” que si las hubiera hecho el propio Sr. Tierno. Pero,
debido al papel de cuasi lugarteniente que desempeña Morodo en este esquipo, me
han parecido muy representativas de lo que piensan el Profesor y su “entourage”
sobre la cuestión. Por eso he creído oportuno informar de ellas al Sr.
Aranguren, al Sr. Laín y a Vd. Para terminar, y a título absolutamente
personal, agregaré que, salvo la mejor opinión de Vd., la proposición de Morodo
es, a mi juicio, una de las pocas fórmulas viables que caben, si se quiere
incorporar de un modo efectivo a este grupo.
Sin más por hoy, le saluda
cordialmente su affmo.
Pablo Martí Zaro
La alusión a la «estructura
propia» hecha por Morodo, seguramente iba referida al menos a una breve y tensa
reunión que Tierno, acompañado de Miralles, había mantenido ese mismo verano
con personalidades como Manuel Sacristán, Heriberto Barrera o Raventós,
tratando de articular un frente opositor que envolviera a los comunistas
españoles dentro de un grupo amplio, un Comité de Coordinación radicado en
Madrid y dirigido por «grupos liberales burgueses» y democristianos, éstos
últimos representados por el notario Carlos María Brú{9}.
Los recelos que mantenía el
anticomunista Congreso por la Libertad de la cultura respecto de Tierno ya los
había manifestado con cierta crudeza el propio Partido Comunista de España un
año antes, a través de su revista Nuestras ideas. Teoría, política, cultura,
editada en Bruselas, en cuyo número 12, julio de 1961, encontramos el artículo
firmado por Antonio Paz que lleva por título: «Sociología de la Decadencia.
Sobre la Introducción a la Sociología de Tierno Galván». En dicho trabajo se
explicitan las grandes distancias existentes entre el Partido Comunista de
España y el Viejo Profesor, del que se denuncia su adscripción al
neopositivismo de inspiración norteamericana, su psicologismo y un, en
ocasiones, cómico alejamiento del obrero real{10}.
La incorporación de Tierno Galván
en el Comité español del CLC, no obstante, cristalizó, y así, el Viejo Profesor
recibió los fondos que un conjunto de fundaciones yanquis, operando como
tapaderas de la CIA, destinaron a crear una vía ideológica alternativa, pero
también política, que, en último término puede catalogarse como anticomunista,
por más que los miembros acabaran abrazando la socialdemocracia o posturas
secesionistas. No obstante, la respuesta de Pierre Emmanuel a Martí Zaro, muestra
las cautelas con las que eran vistas las actividades de Tierno y sus acólitos:
Monsieur Martí Zaro
Avenida de America 13
Madrid 2
Cher Marti Zaro,
A propos de notre ami Tierno, je
crois prudent de ne pas l'introduire dans le Comité, et de n'introduire aucun
de ses amis. Ses activités ne sont pas très claires, et le Comité n'a pas, me
semble-t-il, à leur servir de garant.
Donc, si vous êtes de nouveau
interrogé à ce sujet, contentez-vous de dire que toute decisión de cet ordre
dépend du Comité seul, et que vous n'y jouez aucun rôle. Ne suggérez même pas
que telle o telle solution serait meilleure que telle autre.
Il est important que le Comité
fortifie son autonomie, et que tous les choix éventuels qu'il fera soient faits
sans que nos amis puissent croire à una pression de notre part.
Veuillez agréer, cher Marti Zaro,
l'expression de mes sentiments les plus cordiaux.
Pierre Emmanuel
La vinculación de Tierno con la
organización anticomunista era anterior, pues en 1961 ya le ofrecen publicar un
libro: Joaquín Costa y el Regeneracionismo. La generosidad norteamericana
también permite a Raúl Morodo, ya profesor auxiliar de Derecho Político alojado
en el madrileño Colegio Mayor César Carlos, publicar en 1962 el libro Estado
liberal y estado social de derecho. Un año más tarde Tierno se convierte en
asesor para la asignación de las becas norteamericanas, antes de ser incluido,
junto con a Sampedro, Caro Baroja, Tamames o Amando de Miguel, en el proyecto
de puesta en marcha de la Asociación Española de Sociología, institución que
contaría con los auspicios que el lector puede adivinar.
De forma simultánea a su siempre
complicada relación con el PSOE, Tierno mantendrá su presencia en el Comité del
CLC. El 13 de enero de 1965 participa en una reunión presidida por Fernando
Chueca a la que asisten Aranguren, Marías, Buero, Castellet, José Luis
Sampedro, Manent, Gomis y Martí Zaro, éste último en calidad de secretario. Las
reuniones serán frecuentes, si bien no todas tendrán la misma importancia.
Poco después, en una liquidación
de cuentas de mayo y junio de ese mismo año de 1965, figura la partida que
venía entregando el Congreso por la Libertad de la Cultura a Tierno, 1.000
francos mensuales «sur la bourse» que tenía asignada.
En noviembre de 1965, el Comité
español del CLC se da cita en la casa toledana de Fernando Chueca Goitia,
vivienda que la mala memoria del profesor, o acaso su intención de distanciarse
retrospectivamente del Congreso, sitúa en Segovia{11}. Recuerda, eso sí, que él
es quien acuña la expresión «regiones cultural e históricamente diferenciadas».
La cita transcurre entre el 26 y el 28 de noviembre de 1965 y es una
continuación del encuentro entre intelectuales catalanes y castellanos que tuvo
lugar en diciembre de 1964 en casa la del financiero Félix Millet sita en La
Ametlla del Vallés. En Toledo, a los habituales nombres, se unen el economista
Ernesto Lluch, que habla de la balanza comercial y fiscal de Cataluña respecto
del resto de España, y el filólogo catalanista Antonio Badia Margarit,
preocupado por la pérdida de importancia del catalán en Barcelona. Hay también
caras nuevas: Sergio Vilar, García Sabell, Rafael Lapesa o Vicente Ventura.
Poco después, el 11 de enero de
1966, el Comité organiza una cena en homenaje a José Luis López Aranguren en el
restaurante La Flor de Azahar, evento autorizado por la Jefatura Superior de
Policía con la condición de que no se pronuncien discursos. Tierno, por
supuesto, asiste a dicho ágape. En marzo, Pablo Martí Zaro, en nombre de la
editorial Seminarios y Ediciones le encarga un trabajo colectivo de
investigación en torno a la enseñanza primaria en España, para el cual se
destinan 180.000 pesetas.
Todo ello no impedirá que, el 16
de julio de 1966, Tierno se reúna con Rodolfo Llopis en Francia. La relación es
tensa y se confirma la expulsión del partido, decisión a la que no fue ajeno
Miguel Boyer, a quien el Congreso, junto con otros socialistas como Morán o
Raventós, prestó gran atención especialmente tras su reestructuración.
Paralelamente, en agosto de ese
mismo año, la editorial Seminarios y Ediciones se dota de un Consejo Asesor,
compuesto por catorce personas: Carlos María Bru, Antonio Buero Vallejo, José
Luis Cano, José María Castellet, Fernando Chueca Goitia, Domingo García Sabell,
Lorenzo Gomis, Pedro Laín, José Luis López-Aranguren, Mariano Manent, Julián
Marías, Dionisio Ridruejo, José Luis Sampedro y… Enrique Tierno Galván. Faltaba
poco para que los miembros de tal Comité pudieran mostrar sorpresa ante la
noticia de que la organización de la que formaban parte no era altruista y
filantrópica institución destinada a facilitar la producción cultural europea.
En efecto, tras la imparable
publicación de noticias en los periódicos en las que se daba cuenta de la
realidad subyacente en relación con el Congreso, el 19 de mayo de 1967 –el New
York Times ya lo había publicado un año antes–, Tierno dirige una carta a
Pierre Emmanuel mostrando su sorpresa y estupor:
Madrid, 29 de mayo de 1.967
Sr. D. Pierre Emmanuel
PARIS.-
Mi querido amigo:
He recibido su última carta y veo
con tristeza y asombro que los servicios de información de USA habían penetrado
fraudulentamente en el Congreso de la Libertad por la Cultura.
Siento como no se puede imaginar
que haya sorprendido su buena fe y me gustaría poderle ayudar en este trance.
Me parece que hasta tanto
reorganicen la nueva entidad y sus correspondientes filiales en los diversos
países es oportuno y hasta cierto punto imprescindible que pongamos en sus
manos los cargos que ocupábamos en el Comité Español que reflejaba en nuestro
país las actividades del Congreso.
Estoy seguro que lograrán
rehacerlo todo tomando las necesarias precauciones para que no vuelvan a
sorprenderlos.
Cuando venga Vd. por Madrid
hablaremos de todo esto y dentro de la nueva situación replantearemos las
posibilidades de colaboración.
Ya sabe Vd. cuanto interés tengo
en ayudarle en cualquier empresa en la que Vd. tenga un puesto de dirección,
como buen amigo que soy suyo y como tal me reitero con un afectuoso saludo a su
completa disposición,
Enrique Tierno
No obstante, entre la «tristeza»
y «asombro» que Tierno manifiesta en su epístola, se abre paso la certeza
mostrada en la reorganización de la estructura en la que tan bien había
encajado durante años. Finalmente, la lealtad para con Emmanuel, «en cualquier
empresa en la que Vd. tenga un puesto de dirección», parece avalar las tesis de
sus compatriotas comunistas al acusarle de elitista. Tierno, tras reponerse de
semejante sorpresa, continuará vinculado a la organización renovada y puesta,
al parecer, bajo el exclusivo patrocinio de la Fundación Ford. Tres meses
después, el 22 de agosto de 1967, sugiere por carta a Martí Zaro la creación de
una «Beca para investigación concreta».
La carta de Tierno resulta harto
asombrosa si reparamos en el hecho de que un año antes, el 13 de mayo de 1966,
partiera desde Madrid, y firmada por Chueca, Marías, Cano, Ridruejo, Laín,
Manent, Brú y Sampedro, una misiva dirigida a John Hunt, Secretario Ejecutivo
de Congreso por la Libertad de la Cultura con oficina en el parisino Boulevard
Haussmann 104, en la que se también expresaban la «sorpresa» y el «disgusto»
provocados por la noticia del New York Times.
Paralelamente a estos
acontecimientos, el Viejo Profesor no descuidaba otros frentes. El 21 de enero
de 1968 en la casa salmantina del abogado Mariano Robles Romero-Robledo
(1910-1976), ex comandante del aire del ejército del bando nacional y defensor
de destacados miembros de la oposición a la dictadura portuguesa de Salazar,
funda el Partido Socialista del Interior (PSI)–(JDE). En el acto, celebrado en
la misma casa en la que dos años antes se había organizado una reunión sindical
a la que asiste Marcelino Camacho, estarán presentes Elías Díaz, Morodo, Morán,
Fuejo y Sergio Vilar. El PSI comenzará a publicar, como órgano de expresión, un
periódico titulado El Socialista del Interior mientras mantiene contactos con
don Juan. Es también a través de Robles Romero-Robledo como Tierno, que tenderá
puentes con el Partido Laborista inglés, contacta con el socialista portugués
Mario Soares.
Apenas un par de años más tarde,
en enero de 1970, Tierno es uno de los firmantes de una Carta al Presidente del
Gobierno que se publica en Cuadernos para el Diálogo.
En 1972 acude a la llamada de
Llopis. El viejo socialista exiliado estaba angustiado ante la posibilidad
cierta de la escisión del PSOE operante en España. Ambos dirigentes están a
punto de llegar a un acuerdo que finalmente se disolverá. La pérdida de
confianza de la Internacional Socialista, con la que tampoco contaba el
madrileño, agotará el proyecto de Llopis, resultando vencedor el PSOE de los
jóvenes González y Guerra, quienes mediante diversas argucias, se hacen con el
poder y abren posteriormente la puerta a una salida monárquica de la dictadura.
Como es bien sabido, en julio de
1974, acompañando a comunistas, carlistas y miembros del Opus Dei, Tierno se
integra en la Junta Democrática de España. En noviembre de ese mismo año transforma
Tierno el PSI en PSP («partido de trabajadores que luchan para que en España el
poder del estado esté al servicio de las ideas y de la práctica socialista
según el siguiente principio: desde las estructuras democráticas formales puede
transformarse, de acuerdo con el consensus popular, la democracia de la
sociedad burguesa en la democracia real de una sociedad sin clases»).
Dedicado a la actividad política,
se presentará como marxista, llegando a aceptar el derecho de autodeterminación
del llamado «pueblo vasco» y a declararse entusiasta del autonomismo que ya
estaba siendo incubado en las aludidas «regiones diferenciadas». El PSP tiene
una estructura federal, y es precisamente esa estructura interna, como ha
ocurrido en otras ocasiones, la que el partido tratará de proyectar sobre la
nación política en la que está implantado.
A pesar de todo, los lazos con
los miembros del Congreso por la Libertad de la Cultura se mantuvieron fuertes.
Su firma todavía puede verse estampada en un documento de junio de 1976,
dirigido a la renombrada Asociación Internacional por la Libertad de la
Cultura, en el que piden fondos para mantener la editorial Seminarios y
Ediciones. La rúbrica de don Enrique está arropada por las de Maravall, José
Luis Sampedro, Aranguren, Castellet, Josep Benet, Raúl Morodo, José Luis Cano,
García Añoveros, Ruiz Giménez, José María Vilaseca, Lorenzo Gomis, Pedro Laín y
Ramón Piñeiro.
La figura de Tierno como símbolo
de la oposición al franquismo, se había consolidado, y de nuevo será un banquete,
celebrado el 18 de mayo de 1976, el que sirva para homenajear al Viejo
Profesor. Al mismo asiste más de un millar de personas entre las que se
contaban Raúl Morodo, Carlos Ollero, Ruiz Giménez, Joaquín Satrústegui, Peces
Barba, Tamames, Fernando Morán, Buero Vallejo, Pedro Laín, o Andreu Abelló,
quien llegó a presentar a Tierno como «defensor de la República», si bien
Tierno, siempre en los aledaños de los ambientes donjuanistas, se mostraba un
año más tarde favorable a la bandera bicolor y a la monarquía como medio para
llegar a la ansiada democracia.
En este contexto, el federalismo
de escala europea que propugnaba el CLC durante la Guerra Fría, ya había sido
reinterpretado por una serie de grupos con el antifranquismo como común
denominador, pero cuyos objetivos eran dispares, incluyendo, naturalmente, la
idea de una España federal como paso a la mutilación de la misma por la
secesión de algunas de sus partes. Paralelamente, surgirían imaginativas
iniciativas como la realizada por quien tiempo atrás había fundado la
Asociación para la Unidad Funcional de Europa, hecha pública en noviembre de
1976, durante la Conferencia Socialista del Mediterráneo, celebrada en
Barcelona. Entonces, Tierno Galván, el hombre patrocinado por el norteamericano
CLC, en presencia de Mohamed ell Zwie, Ministro de Información de Libia y
miembro del Partido Unión Socialista Árabe, rechaza «cualquier forma de
imperialismo» y lanza una propuesta de socialismo mediterráneo. El
representante libio no dejará pasar la oportunidad para rechazar la ocupación
sionista.
La intervención del otrora becado
Raúl Morodo viene a apuntalar la nueva alternativa: «El PSP denuncia la
desviación del europeísmo y su transformación en europeismo-atlantista,
mediante el creciente predominio de las multinacionales y mediante la
institución del verdadero análisis económico y sociológico por un análisis
tecnocrático».
A principios de 1977 Morodo
sondeará a González con intención de negociar algún tipo de alianza. En junio
de 1977, el PSP se presenta a las elecciones integrado en Unidad Socialista,
coaligado con grupos regionalistas. En Andalucía lo hará con el PSA de
Alejandro Rojas Marcos, con quien, el 3 de junio, celebrará en Casares un
homenaje al muladí Blas Infante. La alianza no obtendrá ni un 5% de los votos,
resultados que el Viejo Profesor interpretó de este modo, desde el madrileño
hotel Velázquez, antes de entonar los revolucionarios acordes de La
Internacional:
«Esto va bien. Tenemos que estar
satisfechos. Hay que tener en cuenta que son unas elecciones apresuradas, en
las que un 4% para nuestro partido es un triunfo inmenso. Con más propaganda
hubiéramos alcanzado un puesto de primera línea. Pero de haber tenido los
ochocientos o mil millones para esa propaganda, ahora tendríamos mala conciencia.
El esfuerzo y la honradez del militante, dirigidos al pueblo, han hecho que el
pueblo nos haya sabido elegir. Hemos tenido una buena recompensa. Suponemos un
partido con futuro. A otros grupos, en cuanto les falle el dinero, les va a
faltar también el entusiasmo. Vamos a mantenernos serios e incorruptibles, como
hasta ahora, y llegará el momento en que seremos los únicos que podamos
resolver los problemas. ¡Viva el partido! ¡Viva el socialismo!»
Pero las cosas no iban tan bien…
A finales de año algunas de las federaciones del PSP comenzarán a resquebrajar
la unidad. Las primeras grietas se abrieron en Cataluña, con la dimisión en
bloque del Partit Socialista Popular Catalá. A ello se unirá la renuncia, como
secretario general, de Raúl Morodo.
Finalmente, el 9 de abril de
1978, el PSP, tras celebrar su IV Congreso, se disuelve para integrarse a final
de año en el PSOE, que asume las abultadas deudas del partido. La fusión había
recibido el beneplácito de Mitterrand, que viajó a Madrid para apoyar la
maniobra en compañía de Mario Soares. Un año más tarde, en abril de 1979,
Tierno se alza con la alcaldía de la capital gracias a una coalición con el PCE
liderado por un viejo conocido: Ramón Tamames.
La ideología federal del PSP,
bien que de un modo impreciso, se mantuvo hasta el final. Prueba de ello es el
hecho de que su formación canaria, tras una reunión celebrada en agosto de
1978, reclamaba un estatuto de autonomía, «libremente aceptado por el pueblo
canario y negociado con el resto del Estado español, fundamentándose para ello
en la personalidad política, administrativa, económica y social del
archipiélago». En mayo de 1983, durante la campaña electoral desarrollada en el
País Vasco, el propio Tierno había reivindicado esa vía, la federal, para
superar los problemas territoriales españoles. En relación con la
autodeterminación, el 6 de mayo de 1983 manifestó al diario El País, lo
siguiente:
«En realidad, el término de la
autodeterminación es equiparable a la vía del autogobierno en la práctica.»
Autogobierno que considera «una
renovación de los viejos ideales federalistas», y que permite avanzar hacia la
autodeterminación, entendiéndola como: «el pronunciamiento de todas las
comunidades e instancias del Estado afectados, que exige la participación de
todos desde el consentimiento».
En el cénit de su éxito político,
circunscrito a la alcaldía de su ciudad de nacimiento, el 19 de enero de 1986,
Enrique Tierno Galván muere víctima de un cáncer de colon. Su pintoresco
entierro, organizado por Pilar Miró, resultó multitudinario, conciliando el
colorismo de la generación de la Movida, con la barroca apariencia de la
carroza Imperial de pompas fúnebres de Barcelona, que trasladó sus restos
mortales antes de que estos, a bordo de un Dodge, fueran llevados a la parte católica
del madrileño Cementerio de la Almudena, donde fueron inhumados.
En marzo de 2012, su archivo, por
donación de su único hijo, Enrique Tierno Pérez-Relaño, pasa a manos de Jordi
Farrerons, gran maestro de la Gran Logia Simbólica de España. A tal archivo
convendrá remitir a quien quiera seguir añadiendo pinceladas al siempre
inacabado retrato del Viejo Profesor.
Notas
{1}
Véase Sergio Vilar, Protagonistas de la España democrática. La oposición a la
Dictadura 1939-1969, p. 123, en cuya entrevista el profesor dice pertenecer a
una familia de campesinos de Soria, y las aclaraciones y desmentidos de tal
origen en César Alonso de los Ríos, La verdad sobre Tierno Galván, pp. 40-41.
{2}
Cabos sueltos, pp. 610-611.
{3}
La pertenencia de Elías de Tejada a la Comunión Tradicionalista, se mantuvo.
Todavía en 1952, es uno de los redactores del documento en que se inspiró
Javier de Borbón-Parma para ser proclamado Rey de España en la abadía de
Montserrat, en el contexto del Congreso Eucarístico celebrado en Barcelona.
{4}
Véase http://filosofia.org/ave/001/a020.htm
{5}
Op. cit, p. 166.
{6}
Ibid, p. 174 y ss.
{7}
El llamado funcionalismo y la opción federal fueron viejos anhelos del
Profesor, que ya en 1957 publica un trabajo titulado: «Federalismo y
Funcionalismo Europeos» en el Boletín Informativo del Seminario de Derecho
Político de la Universidad de Salamanca. Hemos realizado un breve análisis de
dicho trabajo en: http://lavozlibre.com
{8}
Tierno, en sus Cabos sueltos, cita de pasada al Congreso bajo el nombre de
«Alianza para la Cultura». Op. cit., p. 338.
{9}
Véase al acta de una reunión, levantada por Sacristán bajo el pseudónimo Andreu,
en el anexo documental de la tesis doctoral Teoría y práctica, de Miguel
Manzanera Salabert, de diciembre de 1999, tesis dirigida por José María Ripalda
Crespo. Departamento de Filosofía, Facultad de Filosofía, U.N.E.D.
Sacristán
llega a calificar de «fantoche» a Tierno, quien a sus ojos sólo es un individuo
que, como otros, «no representan al pueblo sino sólo unos cuantos miles de
millones de pesetas». Véase pp. 694-700.
{10}
Dicha distancia también la señala en varias ocasiones José Ignacio Gracia
Noriega en su libro Vísperas del nuevo tiempo (Ed. Pentalfa, Oviedo 1991).
Véase, por ejemplo, el capítulo «Democracia Socialista Asturiana y PSP» (pp.
205-207), en el que leemos:
«El
PSP, gracias al verbo arcaico y reposado del profesor Tierno Galván, gran
maestro de la perogrullada, tenía la pretensión de ser un partido de
“intelectuales”, de “cuadros”; y tal era la penuria intelectual del PSOE que
muchos de sus militantes, sin ser lumbreras, cuando se integraron en él pasaron
a ocupar cargos de responsabilidad. La aspiración del PSP era convertirse en el
grupo más representativo del socialismo en España: ilusión que ni el propio
“viejo profesor” se creía, debido a su ausencia de implantación entre las
viejas clases trabajadoras y a que la Internacional Socialista no le tenía para
nada en cuenta.»
{11}
Cabos Sueltos, p. 405.
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