Artículo publicado el 9 de agosto de 2018 en Libertad Digital:
https://www.clublibertaddigital.com/ideas/tribuna/2018-08-09/ivan-velez-un-perro-andaluz-85745/
https://www.clublibertaddigital.com/ideas/tribuna/2018-08-09/ivan-velez-un-perro-andaluz-85745/
Un
perro andaluz
Mi perra llegó de Jaén hace año y
medio porque allí la iban a matar
A los 10 días ya entendía las
órdenes en catalán. Ahora ya no atiende a ninguna en castellano ni a su antiguo
nombre
Decidme. Eres de dónde naces o de
dónde te quieren?
Pos eso. Aplicad el símil
El 31 de julio, el perfil de Twitter
@gallifantes, con casi 86.000 seguidores y una imagen de fondo con el lema, Spain is a fascist state, publicó el mensaje
reproducido. Inmediatamente, se desató un alud de reacciones, que se movieron
entre el más agudo sarcasmo y las más groseras manifestaciones de odio.
Cris, que así parece llamarse quien
escribe bajo la cuenta @gallifantes, condensó en el limitado número de
caracteres que ofrece Twitter, algunos de los clásicos ingredientes que no
pueden faltar en toda manifestación catalanista que se tenga por tal. La
historia del can salvado de una muerte segura en su Jaén natal, que reniega de
su antiguo nombre y desoye las órdenes en castellano, permite recordar muchos
de los contenidos ideológicos, también de sus obsesiones, de quienes ahora
conducen sus días bajo la divisa del lazo amarillo.
El mensaje, teñido de una evidente
carga alegórica, comienza presentando a un animal que va a ser sacrificado en
la muy andaluza provincia de Jaén, pero que finalmente salva su vida, en
Cataluña. Andalucía sigue siendo una tierra sin oportunidades, un territorio
duro, sin espacio para el cariño que el perro encuentra al norte del Ebro, allí
donde, además, ha prendido el animalismo y se han prohibido las corridas de
toros, la Fiesta Nacional. Esta primera línea del tuit nos lleva a aquellas
palabras que en 1976 dejó escritas Jordi Pujol y Soley en su obra La inmigración, problema y esperanza de
Cataluña:
El hombre andaluz no es un hombre
coherente, es un hombre anárquico. Es un hombre destruido (…) es, generalmente,
un hombre poco hecho, un hombre que hace cientos de años que pasa hambre y que
vive en un estado de ignorancia y de miseria cultural, mental y espiritual. Es
un hombre desarraigado, incapaz de tener un sentido amplio de comunidad. A
menudo da pruebas de una excelente madera humana, pero de entrada constituye la
muestra de menor valor social y espiritual de España. Ya lo he dicho antes: es
un hombre destruido y anárquico. Si por la fuerza de número llegase a dominar,
sin haber superado su propia perplejidad, destruiría Cataluña. E introduciría
su mentalidad anárquica y pobrísima, es decir, su falta de mentalidad.
Pero también a estas otras, que dejó
para la posteridad el actual Presidente de la Generalidad de Cataluña, Joaquín
Torra, lazohabiente, preclaro detector de baches en la cadena de ADN, y autor
de un libro que se ajusta a la perfección a los caracteres expelidos por
@gallifantes, La lengua y las bestias.
En tal obra, publicada en 2008, el por entonces meritorio Torra, decía,
fantaseando no ser español, que sus compatriotas, los españoles, son «bestias
con forma humana que destilan odio. Un odio perturbado, nauseabundo, como de
dentadura postiza con moho, contra todo lo que representa la lengua catalana».
Ante la irreductibilidad e incomprensión de los españoles, singularmente los
procedentes de la Andalucía que en su día llevó el flamenquismo a las noches
barcelonesas, pero también la mano de obra que contribuyó a mantener la industrialización
y muchas de las fortunas de Cataluña, algunas de las cuales tuvieron origen
caribeño y fenotipos negroides, la lengua catalana, implantada por bautismales
procesos de inmersión y por medidas coactivas, ha sido la herramienta perfecta
para llevar a cabo la construcción de los nuevos catalanes, muchos de los
cuales, jienenses o no, entienden y obedecen las órdenes en catalán.
Presentada la historia del perro,
desconectado ya de su origen, @gallifantes se plantea, no sin ciertos baches ortográficos,
una pregunta trascendental: Eres de dónde
naces o de dónde te quieren? La disyuntiva, que induce una evidente
respuesta, muestra a las claras la transformación que ha sufrido el
catalanismo. Cris, apoyada en el ejemplo de su bestia adoptada, parece
decantarse por la segunda opción, algo que choca con las esencias del
catalanismo frenológico y abiertamente racista de los padres fundadores de tal
ideología, como bien expuso Francisco Caja en sus dos volúmenes de La raza catalana: el núcleo doctrinal del
catalanismo (2009 y 2013). Si durante décadas, al menos hasta la caída del
nazismo, el catalanismo se preocupó de buscar diferencias craneanas que
demostrarían la existencia de un pueblo incontaminado que se expresaba a través
de una lengua propia, el eclipse del racialismo obligó a reconducir la
estrategia. Abandonados los laboratorios, arrumbados los calibradores que
distinguían las testas braquicéfalas de las dolicocéfalas, el nuevo terreno
propicio fue el de la cultura, aquel que permitía incorporar a nuevas gentes
capaces de ajustarse a los cánones delimitados por unas señas de identidad
recuperadas del pasado o fabricadas ad
hoc. La antipática perspectiva racista, de la que, como puede comprobarse,
sobreviven algunos rescoldos, quedó abandonada. Otros eran los mitos a los que
era obligado acogerse. Singularmente aquellos que tienen que ver con Europa.
Cataluña, siempre europea, carolingia al cabo, se diferenciaría de España, por
su carácter tolerante, por su constitutivo
y dialogante democratismo. Y aunque generosamente se ofreció a los recién
llegados la condición de nous catalans,
nadie mejor que aquellos que cuentan con un buen puñado de apellidos locales,
para pastorear, desde el Parlamento, las consejerías, los púlpitos y las pseudo
embajadas catalanas, a
tan heterogénea grey. Un sacrificio, el de la construcción nacional de una
nación que se dice milenaria, que conlleva pasar por dolorosos trances, como
aquel al que quedan expuestos mensualmente numerosos altos cargos del Gobierno
de Torra, más de doscientos cuarenta patriotas con un sueldo superior al del
Presidente del Gobierno.
Ardorosa activista de la causa lazi, @gallifantes apela al habitual sentimentalismo,
casi siempre convertido en visceralidad, de quienes militan, vocacional o
profesionalmente, en el frente hispanófobo. Una oleada, un movimiento, marcado por
la falsa conciencia, y por un conductismo casi pavloviano, que cuenta con un
antecedente popular: «Por el pan baila el perro».
No hay comentarios:
Publicar un comentario