Libertad Digital, 20 de junio de 2019
Notas
sobre Fernando de Leyba
Desde hace un lustro, fecha en la que
se cumplió la resolución
acordada en 1783 por el Congreso de los Estados Unidos en la que se adquiría el
compromiso de honrar con un cuadro a Bernardo de Gálvez, los estudios en torno
al papel jugado por España en el proceso de independencia del país
norteamericano, han ido en aumento. El proceso de reconstrucción
historiográfica y de difusión mediática del que ha sido objeto el hombre al
cual quedó ligado el lema «Yo Solo», ha seguido un curso semejante al de Blas
de Lezo, antaño apenas conocido en círculos militares y hogaño homenajeado en
el corazón de la capital de España con un bronce. Dentro de esta corriente de
rehabilitación de algunos de los más sobresalientes hombres de armas españoles del
siglo XVIII, hemos de encuadrar la figura de don Fernando de Leyba y Córdova,
Teniente Coronel del Regimiento Fijo de la Luisiana Española, cuya biografía ha
sido recientemente completada por Kristine L. Sjostrom. A ella se debe el
conocimiento del lugar y la fecha en que nació don Fernando: Ceuta, 24 de julio
de 1734.
Hijo del capitán Gerónimo de Leyba y
Córdova, la ajetreada profesión de su padre llevó a aquel niño por diversos
lugares de España. A los dieciséis años, año en que murió su padre, el joven
ingresó en el Regimiento de Infantería España, donde recibió la educación
castrense que marcó una vida que vino a dar continuidad a la línea trazada por
sus antepasados, partícipes en la conquista de Granada y asentados posteriormente
en Antequera. Después de pasar por diferentes destinos peninsulares, partió a
Cuba dentro del Regimiento «Aragón», con el que participó en la Guerra de los
Siete Años, defendiendo la Habana. Con la caída de la ciudad en manos
británicas, Leyba fue hecho prisionero. Recuperada la isla por parte de los
españoles, el capitán Leyba, que se hallaba en Orán, fue destinado a Nueva
Orleans. El primer puesto fronterizo que asumió fue un pequeño fuerte militar
rodeado por aldeas indias situado en Arkansas. Su labor en un lugar tan remoto,
favoreció su ascenso militar y político. El 14 de julio de 1778, Leyba se
convirtió en el tercer gobernador adjunto de la Luisiana, nombramiento que se
produjo en un contexto convulso, el propiciado por la declaración de
independencia de las Trece Colonias, proclamada formalmente el 4 de julio de
1776. Como es sabido, en aquel proceso destacó Bernardo de Gálvez, para quien
Leyba fue de gran ayuda, pues a él le encomendó la población de San Luis
situada en un lugar estratégico para el control del río Mississippi por su
ribera occidental. En aquel enclave luisiano, dedicado al comercio de pieles y poblado
mayoritariamente por franceses, Leyba, que estableció fuertes lazos con el
coronel norteamericano George Rogers Clark, levantó un fuerte que resultó de
gran utilidad a partir del 21 de junio de 1779, cuando España, aliada con
Francia, declaró la guerra a Gran Bretaña.
Pronto, San Luis se vio atacada por
un ejército británico, aumentado por un gran número de indios de diferentes
tribus. Con Emanuel Hesse al mando, la heterogénea tropa se dirigió hacia el
territorio controlado por Leyba, que en seguida fue conocedor de aquellos
movimientos gracias a la red de exploradores que ya había desplegado por todo
el territorio. Fortalecido por una torre que bautizó con el nombre de San
Carlos, en honor al rey, en la que emplazó cinco cañones, y por dos líneas de
trincheras, se preparó para repeler el ataque de 1.200 hombres con una fuerza apenas
superior a los trescientos combatientes entre soldados y milicianos con los que
debía asistir tanto a San Luis como a Santa Genoveva, población situada cien
kilómetros al sur. Enfermo, Leyba esperó y repelió con éxito a la fuerza
británica e india, que atacó el 26 de mayo de 1780. El revés sufrido por los
asaltantes vino seguido por una serie de incursiones de los guerreros
indígenas, contra los cuales don Fernando opuso a toda la población, incluidas
las mujeres, a las cuales armó.
Moribundo, Leyba, que evitó con su
defensa la entrada de los ingleses en el valle del Mississippi, escribió a
Gálvez el 20 de junio de 1780 para describir la situación de aquella plaza y dar
cuenta de la entrega del mando al teniente italiano Silvio Francisco Cartabona,
que lo mantuvo hasta la llegada del Teniente Coronel Francisco Xavier de
Cruzart. Ocho días después de escribir aquellas letras, Fernando de Leyba
falleció. Cuando conoció la noticia, Bernardo de Gálvez le concedió, a título
póstumo, el grado de Teniente Coronel.
Desde 1991, en Sant Louis se celebra
una ceremonia en honor a aquel episodio y a su principal protagonista, conmemoraciones
a las que recientemente se ha sumado, desde Ceuta, la Asociación Cultural
«Fernando de Leyba», que en marzo del presente año, inauguró un monumento en su
honor.
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