Artículo publicado en La Voz Libre el jueves 14 de noviembre de 2014:
http://www.lavozlibre.com/noticias/blog_opiniones/14/837244/el-psoe-renovarse-y-enrojecer/1
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El PSOE: renovarse y enrojecer
La
Conferencia Política del PSOE celebrada el pasado fin de semana ha dejado, más
allá del alud de sonrisas y cariñosos gestos de armónico y cómplice compañerismo
entre quienes militan y dirigen el partido hegemónico de la democracia coronada
de 1978, unas llamativas manifestaciones de Elena Valenciano. Según ha
explicado la vicesecretaria general, el PSOE será a partir de ahora más rojo y
se escorará hacia la izquierda tratando de corregir así una doble derrota, la
de las urnas y la de su deriva hacia posiciones aledañas a la llamada derecha
política.
El
viraje vendrá acompañado de la denuncia del Concordato con la Santa Sede,
justas reformas fiscales y la definitiva solución del conflicto territorial
catalán, tan recrudecido desde la aprobación de un Estatuto que cristalizó
durante el último gobierno socialdemócrata. Todas estas cuestiones habrán de
tratarse en un próximo comité federal en el que probablemente comiencen a
conocerse los candidatos a dirigir la nave socialista en el futuro.
En
cualquier caso, y a la espera de conocer los rostros que saldrán de la sombra
para postularse como nuevos timoneles de la nave del puño –izquierdo- y la rosa,
el uso de la clásica terminología que tanto se empleó en los años treinta del
pasado siglo, ha agitado a todos los que se mantienen cautivos del maniqueísmo
derecha/izquierda –rojos y fachas en términos más populares y populistas-. Más
allá de la coloración de la solución a los males que aquejan a los españoles,
cuyo cromatismo va asociado a la Memoria Histórica que todavía sigue dando
ciertos réditos políticos, ha destacado la pasión por España mostrada por
Rubalcaba, quien se ha apresurado a aclarar que el taumatúrgico modelo que propone
para España es tan federal como su partido, sin aclarar qué territorios, que
antes de federarse deberían independizarse, formarían parte de esa federación
que acaso no sea otra cosa que una confederación. La renovación socialista, sin
embargo, no es nueva.
Hace
más de un siglo, en 1907, la Federación de Juventudes Socialistas de España
comenzó a publicar en Bilbao la revista titulada precisamente Renovación, cuya cabecera se completaba
con esas aclaratorias palabras: órgano de
educación y propaganda de la Federación de Juventudes Socialistas de España.
Una propaganda que iba encaminada a propagar el marxismo, en una época de
enconada rivalidad con rancios partidos reaccionarios como el PNV. La cuestión
obrera, el derecho a huelga o la situación de la mujer, eran algunas de las
grandes preocupaciones de una Federación que pronto se trasladó a Madrid para
cobrar mayor impulso a través de congresos más equidistantes espacialmente con
las diversas organizaciones que lo componían.
Tras
la I Guerra Mundial, la Federación decidirá deslizarse del plano socialdemócrata
al comunista. Eran los tiempos de la II Internacional de Lenin y algunas secciones,
en su abnegada fe en la universal clase obrera, sugerían que Renovación se publicara en esperanto,
junto a otras propuestas –entre ellas la abolición de la tauromaquia- que,
dejando atrás el tosco y actual anticlericalismo que pretende reducir la
religión al ámbito privado, pretendían llevar a cabo una declaración de
ateísmo.
El
inicio de los años veinte verá la conversión de Renovación en El Comunista.
El cambio parecía obligado tras el ingreso de las Juventudes, ahora convertidas
en el Partido Comunista Español, en la III Internacional. El nombre escogido para
la publicación se alejaba de las ambigüedades -infantilismo desde las
coordenadas leninistas- que envuelven a términos como izquierda o izquierdismo.
Renovación debía ser reconstruida.
Las
juventudes socialistas también se reconstruyeron y contribuyeron al poderío del
socialismo segundorrepublicano iniciando una fase de radicalización. El influjo
soviético siguió siendo poderoso, y Renovación,
en la que se integraba un joven Santiago Carrillo que en la última etapa de su
vida volverá al PSOE tras dejar atrás su transformación en eurocomunista, daba
cuenta del renovado ardor revolucionario, incluyendo el plan de un golpe de
estado sin mácula de democratismo, y cuyo punto de mayor violencia se vivió en
la Asturias de 1934.
Tras
la Guerra Civil y el exilio de algunos destacados socialistas, ciertas
facciones más o menos toleradas, cultivaron pacientemente la idea de
federalismo dentro de la propia España, tratando de incorporar en sus filas a cualquier
elemento antifranquista, al precio de fortalecer el separatismo que había
alcanzado estatutos de autonomía durante la II República dejando de lado
cualquier sesgo internacionalista.
En
el otoño de 2013 el PSOE, según nos anuncian, vira hacia la izquierda asumiendo
el grave riesgo electoral de confundirse con Izquierda Unida, pues es bien
sabido que en el mercado democrático, el votante suele decantarse por la
adquisición del original frente a la copia, por más confuso que en este caso
sea un original que mantiene una roja, pero también verde, iconografía y
alberga en su seno los restos del PCE entre formaciones regionalistas,
extravagantes e indefinidas.
La
anunciada renovación ocurrirá en el año en que cumplirá un cuarto de siglo de
la caída de un muro que dividía el mundo occidental en dos bloques políticos. Al
otro lado del Telón de Acero se situaba la URSS que tanto inquietó a la España
oficial y a una amplia y socialdemócrata oposición, la compuesta por los hoy
homenajeados prohombres de una democracia que se hizo, en gran medida, a la
contra de la sociedad política que actuaba como referente de la izquierda
realmente existente. A pesar del derrumbe de aquel mundo, algunos pretenden
obviar tal acontecimiento, sabedores de que los fetiches, especialmente los enrojecidos,
aún funcionan.
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