Reseña de Teófilo Viñas publicada en Revista Agustiniana, 2014
http://www.ediciones-encuentro.es/ficheros_resenas/2014-%20Sobre%20la%20leyenda%20negra-Revista%20Agustiniana.pdf
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Vélez
Cipriano, I., Sobre la leyenda Negra,
Ediciones Encuentro, Madrid 2014, 327 pp., 23 x 14,7 cm.
No
pocos hechos de los que era protagonista España, sobre todo en el siglo XVI,
dieron lugar a juicios condenatorios, por parte de numerosos escritores
europeos; llevados por envidias inconfesables, resentimientos y odios,
contribuyeron, incluso, a plasmar una imagen en sumo grado negativa. El
considerar la fe católica, acabada la reconquista, como fundamento primero de
la unidad, el descubrimiento del Nuevo Mundo con su noble tarea civilizadora y
propagadora de la fe, la Inquisición que intentó evitar el contagio
protestante, entre otros hechos históricos, fueron reprobados globalmente por
ellos, cuando sólo algún aspecto secundario lo podía merecer.
Por
otra parte, una vez más se cumplió el adagio de que «quien calla otorga», dado
que fueron muy pocos los escritores españoles que inicialmente salieron a
desmentir las falsas e interesadas interpretaciones que llegaban de fuera,
relativas a la Inquisición o a los supuestos y generalizados malos tratos a los
indios americanos. Pero es que, además, en los siglos XVIII y XIX, hubo
españoles que, en su afán de pasar por ilustrados pensadores y menospreciando
no sólo la fe cristiana sino la heroica tarea humanizadora y evangelizadora,
hicieron suya gran parte de lo que aquéllos decían y contribuyeron a fortalecer
las acusaciones negrolegendarias. Sin embargo, otros, ante tanta ignominia que
había llegado a considerar a los españoles como «gente ignorante, fanática y
cruel», consideraron urgente salir al paso de ésta y de mil otras falsedades
contenidas en la Historia del Conflicto entre la Religión y la Ciencia del
inglés afincado en Norteamérica, John W. Drapea: Dice él sobre la triste
situación por la que pasaba España a finales del siglo XIX: (¡)»Si este justo
castigo no hubiera caído sobre España, los hombres hubieran dicho ciertamente:
si no hay retribución no hay Dios»(!). Nunca desapareció del todo este negro
retrato, cuyos rasgos deformados vuelven a aparecer en narrativas inventadas
por escritores extranjeros que no aceptan la verdad de los hechos y basta cualquier
afirmación o hecho que puedan tener una interpretación peyorativa para acogerla
sin más. En la obra que presentamos Iván Vélez, con sólidos argumentos, ha
pretendido desmentir a quienes «omitían» lo bueno y «exageraban» cuanto podía
perjudicarnos; sencillamente el autor ha pretendido poner las cosas en su
sitio, objetivo plenamente logrado. La Primera Parte —De la España Imperial— recoge una serie de acontecimientos y
figuras que dieron lugar a los clásicos hitos negrolegendarios; el autor sale
al paso de una metodología antiespañola que tiende siempre a exagerar lo que
resulte odioso y a silenciar todo lo que resulte valioso. Exageración y omisión
interpretadas de esa manera por ingleses, franceses, alemanes u holandeses
principales fautores de la que iba a recibir el nombre de leyenda negra». En la
Segunda Parte -Aparición del rótulo «Leyenda
Negra”- se nos dice que con ese nombre nuestros apologistas quisieron recoger
precisamente a finales del siglo XIX las torcidas interpretación y falsos
relato y, a la vez, ofrecer elocuentes pruebas en contra. Entre los que lo intentaron
y usaron vienen citados: Emilia Pardo Bazán, Juan Valera, Julián Juderías y V.
Blasco Ibáñez.
Particularmente
importantes, en este sentido, son los temas relacionados con la obra misionera
y, sobre todo, humanizadora, llevada a cabo, con generosidad por España en
Iberoamérica, que fue, sin duda, una de las fuentes principales de la leyenda
negra, cuando, a todas luces, constituye uno de nuestros más auténticos timbres
de grandeza. Vaya, pues, mi cálida felicitación y agradecimiento al autor de
estas páginas.
T.
VIÑAS
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