Artículo publicado el 10 de abril de 2016 en el blog "España Defendida" de La Gaceta:
http://gaceta.es/ivan-velez/carrion-los-condes-1963-sociologia-tecnologia-democratica-10042016-1924
http://gaceta.es/ivan-velez/carrion-los-condes-1963-sociologia-tecnologia-democratica-10042016-1924
Carrión de los Condes, 1963. Sociología y tecnología democrática
El último sondeo de la Universidad del País Vasco ha hecho públicos unos
resultados que desmienten ese mantra repetido ad nauseam por los rivales políticos de Rajoy y sus corifeos mediáticos. A decir de algunos de los más
sesudos analistas de la «izquierda», Susana
Díaz por ejemplo: «Mariano Rajoy es una
fábrica de independentistas». Sin embargo, tal conclusión, a la luz de los
datos revelados, queda en entredicho al conocerse el estado de opinión de una
de las regiones donde con más violencia, la violencia criminal y terrorista de ETA, se ha agitado la hispanofobia.
Según la encuesta, los avecindados en
las Vascongadas que tienen poco o ningún deseo de independencia suman
el 63%, frente al 55% que lo anhelaban en julio de 2015. Por
su parte, los independentistas pasan
del 30% del año pasado al 24% actual. Todo parece indicar que la
fábrica rajoyana no rinde en la industrializada Comunidad Autónoma Vasca del
mismo modo que lo hace en la otrora textil Cataluña
toda vez que su producción de independentistas ha sufrido una importante merma
en la comunidad gobernada por Urkullu.
Más allá de las interesadas
interpretaciones de tal encuesta, es evidente que en los últimos años los
productos manufacturados por la industria
demoscópica son cada vez más frecuentes en los medios. La avalancha de
sondeos que, con márgenes de error a menudo olvidados, tratan de servir de caja
de resonancia a una voz del pueblo
que ya no es la de Dios sino la de la Democracia, invita a pensar si estos no
son una herramienta más para moldear la opinión pública que alimenta su individualista
vanidad al calor de las urnas.
Sin embargo, la implantación de la Sociología en España, o al menos de
aquella que podemos emparentar con el actual auge de las encuestas, debemos
buscarla en grupos e instituciones que cristalizaron durante el franquismo. Por
un lado, podemos citar el Instituto de
Estudios Políticos, dirigido por un Javier
Conde que permitió, bajo su mandato, la supervivencia de ciertos focos
liberales y socialistas; y por otro, el que fomentó la Comisión española del Congreso por la Libertad de la Cultura que tuviera
a falangistas tan destacados como Laín
o Ridruejo entre sus máximos
mandamases.
Auspiciado por la CIA, el anticomunista Comité tenía un gran interés en implantar
unos métodos y una ideología claramente diferenciados de los que procedían del
marxismo. En el terreno filosófico, el neopositivismo
era una alternativa pretendidamente neutra que hombres como Tierno, asiduo de la Revista
de Estudios Políticos, apóstol del «funcionalismo»
y refractario por entonces a las «ideologías», se encargaría de implantar a
través de editoriales como Tecnos.
La filosofía importada iba mucho más allá del terreno académico, pues, a su
desnacionalizador juicio, las consecuencias quedaban claras en su artículo «Federalismo y Funcionalismo Europeos»,
publicado en 1957:
«los viejos esquemas geopolíticos han
de transformarse en esquemas construidos desde el punto de vista de regiones
funcionales de manera que en lugar de geopolítica es necesario hablar, cuando
el caso lo requiera, de región económica, región cultural, cuyas regiones
estarían técnicamente integradas según las necesidades.
La palabra «comunidad vital» significa
de modo más independiente y preciso que la palabra «nación», la coincidencia
racional e irracionalmente diferenciada de los componentes de un grupo humano a
través del proceso histórico, aunque en menor escala, ocurre con la palabra
«autonomía» que hay que ir substituyendo por la expresión diferenciación y
comunidades diferenciadas.»
Las actividades librescas de Tierno
vendrían acompañadas de trabajos de campo que involucraron a una serie de
individuos que de este modo entraron en contacto con tecnologías vinculadas a
los objetivos democráticamente federalizantes
del citado colectivo español. La fecha escogida fue el verano de 1963, y el lugar, el palentino
municipio de Carrión de los Condes del
que era natural Enrique Fuentes Quintana
tan ligado en su día al diario Arriba.
Bajo la supervisión de José Luis López Aranguren, durante la
primavera de ese año, José Luis Sampedro
y Ramón Tamames, hombres en la
órbita de la Sociedad de Estudios y
Publicaciones, pudieron poner en marcha un Seminario de Sociología de sesgo económico. El trabajo de campo
tuvo una duración de un mes y fue dirigido por el mismo Luis Ángel Rojo que ingresó en el Banco de España en 1971,
alcanzando el cargo de Gobernador en 1992. Treinta y cinco alumnos de la
Facultad de Ciencias Económicas participaron en el mismo.
Por lo que respecta a los dineros, el Comité recibió el 19 de diciembre de 1963 un giro del Chase Manhattan Bank por una suma de 60.714,39 pesetas, correspondientes a
5000 francos. Su destino, así lo refleja la cuidada contabilidad de Pablo Martí Zaro, era financiar «Sociología de la Educación». A esta
cantidad se unió un crédito bancario por valor de 30.000 pesetas que sirvieron para financiar la encuesta de Carrión.
Un apunte manuscrito del propio Martí
Zaro desgrana una lista al pie del título «Asociación Sociología». La relación
la componen: Sampedro, Enterría, Linz,
Amando de Miguel, Trías, García Barbancho, un Tierno entre interrogaciones,
Cerá, Pinilla de las Heras, Murillo, Comín, Lara, Caro Baroja, Tamames, Rojo,
Cantó, Pérez Díaz, Pina, Guillermo Céspedes, Alcina y Jiménez Blanco.
Algunos de ellos fueron protagonistas de la Transición española, ya fuera dentro del escenario puramente
político -es el caso de un Tamames sorprendentemente
integrado en el PCE después de haber
estado vinculado a este grupo marcadamente anticomunista-; en el terreno de una
Sociología -Pinilla de la Heras, Amando de Miguel, Pérez Díaz- a la cual se
acude frecuentemente reclamando encuestas y augurios ante futuras citas
electorales; o como senectos inspiradores de movimientos disolventes y marcados
por el fundamentalismo democrático, como ocurrió con José Luis Sampedro en los lejanos y asamblearios días del 15 M.
No hay comentarios:
Publicar un comentario