Libertad Digital, 29 de mayo de 2020:
https://www.libertaddigital.com/opinion/ivan-velez/notas-fraperas-90884/
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Notas
fraperas
En agosto de 2013 supimos, gracias a
un trino propio, que a los oídos del niño que por entonces era Pablo
Manuel Iglesias Turrión, llegaban las notas de la canción de Pedro Faura, pseudónimo de Bernardo
Fuster, «Los monarco fascistas». El encargado de musitar aquella composición,
obra del mismo Fuster que compuso «La Puerta de Alcalá», era Javier Iglesias, padre
del actual vicepresidente del Gobierno, que en aquel mensaje calificó a su
progenitor de «frapero». Casi siete años después de aquel tuit, se ha vivido
una más que crispada jornada en el Congreso de los Diputados. En ella, Cayetana
Álvarez de Toledo cerró su réplica a Iglesias con estas palabras: «Es usted el
hijo de un terrorista», en referencia a Francisco Javier Iglesias Pérez, miembro
del FRAP detenido
el 26 de abril de 1973 y encarcelado dos días más tarde, por repartir
propaganda ilegal sobre el 1º de Mayo. En junio de ese año, Iglesias Pérez salió
de prisión.
Más allá de las controversias que se
producen en el ámbito representativo de la política, el tenso enfrentamiento referido
ofrece una magnífica oportunidad para aproximarse a los protagonistas y bases
ideológicas del FRAP, pues acaso parte de la ideología manejada por el líder
supremo podemita, se forjara en aquellas infantiles sesiones musicales
familiares domésticas. Nuestra morosa indagación nos conduce a Julio Álvarez
Vayo, cuya figura fue rehabilitada en 2008 por el PSOE de Zapatero, tan
admirado por Turrión, en aplicación de los ideologizados resortes de la llamada
memoria histórica. Se producía así una restauración política y cuasifamiliar,
pues Álvarez Vayo, gracias a su matrimonio con la suiza Erika Cra, fue cuñado
del socialista Luis Araquistain, colaborador del Congreso por la Libertad de la
Cultura que, un año después de su fallecimiento, publicó en su revista Cuadernos, su artículo, «El
krausismo en España». Aparece de este modo, una de las líneas
ideológicas constitutivas de la socialdemocracia española, el krausismo, al que
no es ajeno Podemos.
Álvarez Vayo fundó, junto a
Araquistain y Negrín, la Editorial España en 1920, en la que apareció la obra
de Trotski, Mis peripecias en España.
Ya durante la II República, fue nombrado embajador en México. Afecto a Largo
Caballero, se convirtió en ministro de Exteriores de la República durante la
Guerra Civil, antes de exiliarse en México primero y en los Estados Unidos del
Norte de América después.
Hecha esta somera reconstrucción
biográfica, hemos de referirnos al Frente de Liberación Popular, organización
articulada por el diplomático e ideólogo Julio Cerón, que a partir de 1953,
después de un viaje por la URSS y China, contactó con gentes como el propio Álvarez
Vayo o Miguel Sánchez Mazas. A estos nombres, unió los de destacadas
personalidades de la HOAC y JOC, como el cura Tomás Malagón. Un Malagón que no
fue, ni mucho menos, el único elemento clerical del Felipe, temprano producto del diálogo cristiano/marxista. Al citado
presbítero podemos sumar otros sacerdotes como: Francisco Pérez, Miguel
Bravo, Joaquín González Echegaray, Ángel Alfonso Herrera e incluso Jesús
Aguirre, convertido posteriormente en… Duque de Alba. Además de con aquellos
clérigos, Cerón, también contó con colaboradores de distinguido linaje. Tal fue
el caso de un José Luis Leal Maldonado, facilitador de becas francesas al que
probablemente nunca gustó la composición del frapista Pedro Faura, o del hijo de los Condes de San Luis, Nicolás
Sartorius. El encarcelamiento en Cerón, tras la Huelga General Pacífica de
1959, cerró esta etapa inicial.
Un lustro más tarde, a partir del
Frente Español de Liberación Nacional, Álvarez Vayo fundó en Ginebra el PCE(m-l),
partido trostskista maoísta del que el Frente Revolucionario Antifascista y
Patriota supuso una derivación que comenzó a operar a partir de 1971, meses
después de que el 18 de julio de 1970, las llamadas fuerzas antifascistas y
antiimperialistas valencianas, lanzaron conjuntamente un llamamiento
aglutinador de colectivos de tal condición. A principios de 1971 se constituyó
el Comité Coordinador pro Frente Revolucionario Antifascista y Patriota, integrado
por los siguientes grupos: Frente Español de Liberación Nacional; Partido
Comunista de España (m-l); Vanguardia Socialista; Comité pro Frente de Madrid, conformado
por: Oposición Sindical Obrera, Comités Antiimperialistas, Federación
Universitaria Democrática Española, Unión Popular de Mujeres, Comisiones de
Barrio, Federación de Estudiantes Demócratas de Enseñanza Media; Unión Popular
de Profesores Demócratas y las Agrupaciones de Jóvenes Comunistas (marxistas-leninistas).
Apoyado en esas estructuras nació el
FRAP, cuyos puntos programáticos fundacionales fueron:
1.
Derrocar
a la dictadura fascista y expulsar al imperialismo yanqui, mediante la lucha
revolucionaria.
2. Establecimiento de una República
Popular y Federativa que garantice las libertades democráticas para el pueblo y
los derechos para las minorías nacionales.
3. Nacionalización de los bienes
monopolístico extranjeros y confiscación de los bienes de la oligarquía.
4. Profunda Reforma Agraria, sobre la
base de la confiscación de los grandes latifundios.
5. Liquidación de los restos del colonialismo
español.
6.
Formación
de un Ejército al servicio del pueblo.
A este núcleo inicial se sumaron
otros. Uno estuvo radicado en Barcelona y estuvo constituido por: el Comité
Coordinador en Cataluña, delegados de la Coordinadora de las Comisiones de Barrios
de Cataluña, la Agrupación de Jóvenes Comunistas (m-l) de Cataluña, la Unión
Popular de Mujeres de Cataluña, la Coordinadora de los Comités Antiimperialistas
de Barcelona, varios comités comarcales, la Unión Popular del Campo de Cataluña
y la Organización Democrática de Artistas de Barcelona. Un tercer colectivo
cristalizó en lo que se denominó País Valenciano.
En los documentos del FRAP se pueden
encontrar llamadas a la lucha armada y a la constitución de una Internacional
de la Acción. Consecuencia de sus acciones criminales, que dejaron un rastro de
seis asesinatos, el 27 de septiembre de 1975 fueron ejecutados los miembros del
Frap, José Humberto Baena, José Luis Sánchez Bravo y Ramón García Sanz, además
de los etarras, Juan Paredes, Txiki,
y Ángel Otaegui. Apenas un par de meses después, en sintonía con sus anhelos
libertadores populares, que incluían a las «nacionalidades» españolas,
incorporadas a la actual Constitución, el FRAP firmó en noviembre de 1975, la Declaración Conjunta de los partidos y
organizaciones de oposición al fascismo colonialista español ante la 30ª
Asamblea de la ONU sobre la cuestión de Sáhara “español”. Su firma estuvo
acompañada por las de: ETA, PCE-ml, Unión do Pobo Galego, Partit Socialiste
d´Alliberament Nacional, PSOE, MC, ORT, PC (i) y la Juventud Comunista de
España-ml.
No
parece descabellado afirmar que Pablo Iglesias Turrión, que vio sus primeras
luces en Madrid el 17 de octubre de 1978, acusa la impronta «frapera» que
recibió en su hogar. Firme partidario de una república española federal,
Iglesias defiende, en gran medida, una versión actualizada de los postulados
que sedujeron a su progenitor.
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