Artículo publicado el domingo 1 de septiembre de 2013 en el periódico Cuenca News:
Ante los 89 años de Gustavo Bueno
En
este prebélico y dominical primero de septiembre de 2013 se cumplen 89 del
nacimiento, en Santo Domingo de la Calzada, del que, sin duda, es el más grande
filósofo en lengua española: Gustavo Bueno Martínez.
Casi
nueve décadas de vida dan para mucho, y el caso que nos ocupa, al menos en el
terreno político: dictaduras, repúblicas, transiciones, democracias coronadas,
guerras y revoluciones de diversa escala, hechos que sin duda no pueden dejar
indiferente a tan excepcional observador. Alguien que, además, y ello debido a
la ausencia de prejuicios, ha sido capaz de interponer su tamiz crítico, y ya
nos escoramos de nuevo hacia el terreno filosófico, frente a materiales
procedentes de la filosofía clásica, escolástica, marxista, estructuralista o
de cualquier otro ismo más o menos pasajero. El resultado de tan arduo como
lúcido trabajo es la construcción de un verdadero sistema: el llamado
materialismo filosófico que, además, ha dado como fruto la cristalización de
una escuela, la Escuela de Oviedo, que desborda no sólo lo local de su
denominación, sino incluso los a menudo sectarios y gremiales límites del mundo
universitario o de una disciplina profesional como pueda ser la de los
profesores de filosofía.
Efectos,
todos ellos, inevitables, porque la obra filosófica de Bueno se extiende a muy
diversos campos, desde el científico al religioso, del político al económico,
del ético al moral, sin desdeñar aspecto alguno de una realidad de la que el
propio sistema forma parte. Ajeno a cualquier tipo de afectación académica,
Bueno ha visitado las más distinguidas instituciones, pero también ha debatido
en los más modestos locales obreros o de barrio. Erudito de la Historia de la
Filosofía, acaso precisamente por ello, don Gustavo ha analizado las Ideas
vulgarmente sublimes, pero también ha sabido prestar la debida atención y
cuidado al enfrentarse a cuestiones que algunos de sus colegas consideran
naderías. Sirvan como ejemplo los profundos análisis que de la televisión ha
realizado.
Bueno
cumple hoy 89 años y pocos medios de comunicación repararán en dicho dato, pues
muchos de ellos, atados, por lo demás, a lo inmediato, deben su éxito comercial
e ideológico a algo de lo que Bueno, como filósofo emparentado con Sócrates,
anda sobrado: la impiedad. Porque, en efecto, el calceatense, filósofo en
español ajeno a las modas, ha sabido mantener un nivel de crítica tal, que lo ha
situado lejos del servilismo que conduce en muchas ocasiones a recibir la
atención de los focos.
Poco
pueden importar, sin embargo, semejantes cuitas, pues al cabo, algunos de sus
más lejanos precedentes, los filósofos griegos junto a los que, por su talla,
hemos de situar a Bueno, también supieron de los peajes de la democracia.
En
un día como hoy, nada mejor que acudir a la estantería o a la red, y estudiar
su vasta obra, deseando que su firmeza y generosidad permanezcan intactas por
mucho tiempo.
Iván
Vélez
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